
Hay dos preguntas que se repiten a menudo durante los encuentros con directores de películas de bajo presupuesto: cuánto te ha costado hacerla (principalmente) y con qué cámara la has rodado (esto también). Antes que cualquier otra pregunta sobre guión, forma, intenciones o estructura, el interés principal del público suele ir enfocado a estos dos aspectos. La pasta y la cámara. Apuesto a que es algo que se repite aquí y en cualquier parte del mundo, porque al comienzo de Baghead ya bromeaban con ello.
La segunda pregunta ha aparecido siempre durante los coloquios que hemos organizado tras las proyecciones de Todos tus secretos, y la respuesta siempre provoca que exploten unas cuantas cabezas entre el público. Sí, Todos tus secretos está grabada íntegramente con webcams. BUM. Me pareció lo más adecuado y consecuente desde el momento en que tuve la idea original para la película: contar la historia de un grupo de amigos a través de la webcam de sus ordenadores. Esto es lo que suelo contestar, y entonces es cuando alguien me pregunta si no valoré rodar las escenas con alguna cámara mejor y luego modificar la imagen para asemejarla a la de una webcam. Y sí, claro que lo valoré. Durante 3 segundos exactamente. Porque claro, ¿para qué complicarnos? ¿Para qué utilizar una cámara mejor si lo que buscaba era el aspecto y la textura que ya nos iba a dar el uso de webcams? Atención: el aspecto y la textura de las webcams de 2014, que son las que utilizarían sus protagonistas. Tengo que la sensación de que cuando dices “webcam” en público, la mayoría de la gente piensa en algo así…
…y de ahí las sorpresas. Pero no. Las webcams que hay ahora mismo en el mercado, la webcam que seguramente te apunta mientras lees esto, pueden conseguir imágenes mejores que muchas de las cámaras de foto que has utilizado a lo largo de tu vida. Así que sí: webcams. Concretamente utilizamos las iSight HD de los propios equipos que vemos en algunos momentos de la película y un par de Logitech c920 con las que grabamos la mayoría de las escenas. Las iSight nos daban una resolución de 720p y las Logitech nos permitían grabar a 1080p, más que suficiente para componer la imagen del mosaico en 3×3 que presenta siempre la película. En realidad se podría generar una versión de la película con una resolución de 4K, cosa que no descarto hacer en algún momento.
Para la grabación utilizamos siempre Quicktime. En el caso de las iSight utilizábamos el propio equipo para grabar cada escena. Cuando usábamos las Logitech enganchábamos la cámara a los equipos con los que iban a manejarse los actores o las colocábamos justo detrás, asomando por encima de la pantalla con ayuda de un trípode. En estos casos conectábamos las webcams a otros ordenadores que utilizábamos como grabadora y a la vez como monitores, para controlar cómo quedaba lo que registraba la webcam.



Que hayamos utilizado webcams para el rodaje no quiere decir que la película no haya contado con dirección de fotografía. De ella se encargaron Cynthia Estébanez, Victoria Guzmán y Javier Hernández de Mood Studio, que aparte de toda la foto fija de Todos tus secretos se ocuparon también de la fotografía de cada escena. Para ello utilizaron una aplicación que nos permitía manipular los ajustes de las webcams variando su exposición, ganancia, temperatura y cualquier otro ajuste habitual, como si se tratase de cualquier cámara de uso profesional. Para la iluminación utilizamos siempre luz natural y la luz artificial que nos ofrecía cada vivienda, con el apoyo de un par de focos en los casos que resultaba necesario. Con Cynthia y Victoria repetí poco después de finalizar el rodaje de Todos tus secretos en Tu color favorito, mi aportación al largometraje colectivo #Sequence, pero eso ya es otra historia. En la imagen que incluyo a continuación se puede apreciar bien su trabajo: son capturas de las diferentes iluminaciones que dimos al escenario del personaje de Susana, interpretado en la película por Cristina Gallego.

Así que ahora ya lo sabes. Grabamos Todos tus secretos con webcam y de la manera en que he contado, de modo que la segunda pregunta (con qué cámara la has rodado) ya tiene respuesta. La respuesta a la primera (cuánto te ha costado) la dejo para otro día.
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