El arte
Uno de los retos que no he llegado a comentar en las entrevistas y coloquios que hemos mantenido tras las proyecciones de Todos tus secretos es el de que, llegados a un punto de la historia, debíamos mostrar todas las localizaciones a la vez. Si la dirección de arte de una película sirve, entre otras cosas, para transmitir sensaciones y estados de ánimo, ayudando a definir a los personajes que habitan sus escenarios, en la nuestra debíamos tener en cuenta también que la composición de los diferentes mosaicos funcionase siempre, en cada momento, hasta llegar a ese 3×3 final.
En este sentido la dirección de fotografía fue fundamental, pero ya de partida tratamos de plantear unos escenarios, unas ambientaciones y unos colores que resultasen atractivos sin descuidar cómo encajarían luego unos con otros, clarificando de paso las diferentes estancias. Mientras escribía la historia que hemos contado en Todos tus secretos grabé una prueba de siete minutos, prácticamente un boceto de lo que luego sería la película para comprobar si el formato funcionaba y que, principalmente, me sirvió para darme cuenta de la importancia que debíamos darle a la dirección de arte. Aquella prueba se grabó con lo que teníamos a mano, y lo que teníamos a mano ya os podréis imaginar lo que era: pisos de paredes blancas y gotelé. El resultado era que podía llegar a parecer que todo sucedía en una misma localización, algo que debíamos evitar en la película a toda costa.
Ya que no disponíamos de presupuesto suficiente como para alquilar apartamentos que encajasen con lo que buscábamos para cada escenario (aparte de los imprescindibles, como por ejemplo la oficina), recurrimos a viviendas prestadas por amigos que en algún caso tuvimos que disfrazar. Creo que disfrazar es la palabra correcta, ya que para convertir lo que se aprecia en la foto de la izquierda…
…en lo que se ve en la foto de la derecha, utilizamos una tela de color verde para forrar la pared, diferenciándola así de los escenarios más blanquecinos que rodean a ese plano en pantalla. No fue la única vez que recurrimos a esta forma rápida de pintar una pared: cuando Javi (Xabi Tolosa) va a la habitación de Carlos (Pepón Fuentes), la pared del fondo pasó de blanca a roja con ayuda de las telas que habitan mi fondo de armario.
Aquí, aparte de diferenciar ese escenario del resto, lo que buscábamos era apoyar con ese rojo el estado de cabreo de Carlos. Mi idea original era que tan sólo viéramos pared roja, pero el angular de la webcam abarcaba también la pared blanca que no pudimos disfrazar. Esto provocó cierto efecto no buscado que me gusta incluso más que la idea original: mientras que el lado del plano que ocupa Carlos está teñido de rojo, en el de Javi, que entra allí tratando de reconciliarse con su amigo, lo que predominan son los blancos.
El estado anímico de los personajes es algo que tratamos de representar también con el vestuario, que como sucede con la propia iluminación de la película, se va apagando a medida avanza la historia y van surgiendo los diferentes problemas entre el grupo de amigos. Es algo que seguramente pasa desapercibido, como el caso de las paredes blancas y rojas que acabo de comentar, pero creo que son detalles que acaban aportando los valores adecuados a cada escena. Un buen ejemplo de esto que comento es la evolución del vestuario en el personaje de Laura (Lorena Iglesias) a lo largo de la película.
Las personas que han estado a cargo de todo este trabajo en Todos tus secretos han sido Magui Muñoz y Alba Diethelm. Con Alba, que me ayuda desde mi primer cortometraje, me repartí también todo el trabajo de producción. Con Magui era la primera vez que trabajaba, y al mismo tiempo se trataba de la primera vez dirigía el arte de una película, pero conociendo su buen gusto para la decoración estaba convencido de que era la persona idónea para este trabajo. Lo de Magui con la decoración es un auténtico superpoder, os lo prometo. Lo descubres en cuanto la ves en acción.
Tras Todos tus secretos volví a trabajar con Magui en Tu color favorito, y algo después en Ñeñeñe. Puedes ver también su trabajo en Neuroworld, la película de Borja Crespo para #littlesecretfilm por Calle 13 en la que la tarea no era moco de pavo: trasladar el universo gráfico de Miguel Ángel Martín a cine. La próxima vez que vea a Borja tengo que preguntarle si para su película hizo también collages tan chulos como éste: