El sonido

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Hay una verdad a medias que circula a menudo de boca en boca, y es aquella que sugiere que a un dibujante de cómics (hola, qué tal) le resulta fácil dar el salto al cine por tratarse de lenguajes similares. Digo que es una verdad a medias porque si bien es cierto que ambas son disciplinas evidentemente visuales que comparten un buen número de códigos y recursos, cuanto más pienso en lo que diferencia a cómic de cine más alejado me parece que está un lenguaje del otro. Piensa, por ejemplo, en el sonido. Imagina ahora lo raro que resultaría leer un cómic con sonido (no te preocupes si te falla la imaginación, puedes comprobarlo aquí) y lo extraño que resulta ver una película carente de cualquier apoyo sonoro (haz la prueba: ve tan sólo un par de minutos de tu película favorita, pero dejando el volumen a cero). El sonido es probablemente lo que más marca la diferencia entre cómic y cine, la herramienta invisible a la que no le prestamos atención de manera consciente y a la que, precisamente por esto mismo, mayor atención hay que prestar durante un rodaje. Es el equivalente al pegamento en el montaje, ya que facilita que una secuencia dividida en diferentes planos funcione como una sola unidad, y en cierto modo la herramienta que te ayuda a llegar de la primera a la última escena. Es probable que puedas ver una película que tenga una mala fotografía, pero difícilmente acabarás de ver una que cuente con un sonido pésimo.

En Todos tus secretos fueron dos las personas encargadas de registrar todo el sonido directo: Luca De Santis y Sergio López-Eraña, a quien podéis ver en la foto de arriba luciendo calcetín multicolor. Utilizamos pértigas y micros inalámbricos en función de las necesidades de cada escena, y en ocasiones tuvimos que esconder también algún micro en el escenario. Al comienzo de la película, cuando vemos a los personajes interpretados por Dani Pérez Prada y Rocío León en su casa, sentados de espaldas, el campo de visión que cubrían ambas cámaras era demasiado amplio como para registrar el audio con ayuda de una pértiga, de modo que escondimos dos micros en sus mesas: uno tras la taza que deja Dani junto a su ordenador antes de que Rocío encienda su portátil, y otro tras el pequeño equipo de sonido que se puede ver sobre la mesa de Rocío.

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Me pareció consecuente reflejar el funcionamiento de la película también en su sonido: si vemos a los personajes a través de sus webcams, era necesario que les escuchásemos mejor o peor según lo cerca o lejos que estuvieran de sus ordenadores, incluso que notásemos si se encontraban de espaldas o de frente al micro. Esto, que en prácticamente cualquier otra película te sacaría de la ficción, en Todos tus secretos vi claro que funcionaría justo al contrario, ayudando al espectador a entrar en la puesta en escena naturalista que habíamos planteado para la película.

De cara a la mezcla de sonido final nos servimos de todas las pistas de audio que registramos durante el rodaje, recurriendo en ocasiones incluso a las generadas por el micro de las propias webcams. Un ejemplo: en la primera escena protagonizada por Pepón Fuentes y Xabi Tolosa, para los diálogos de Xabi nos apoyamos en el sonido registrado por el portátil que sostenía sobre sus piernas y cuya iSight grababa su imagen. De donde poco pudimos aprovechar fue del sonido que registraba las Logitech con las que grabamos gran parte de la película, porque si bien nos daban una imagen mejor a la de las iSight, su micro saturaba a menudo. Puedes comprobarlo en este vídeo que grabé durante uno de los ensayos, con imagen y sonido sacados directamente de una de las webcams Logitech que empleamos para grabar la película y en el que Ingrid García Jonsson y Dani Pérez Prada se gritan todo lo que se tienen que gritar.

De toda la postproducción y diseño de sonido de Todos tus secretos se encargó el propio Sergio López-Eraña. El primer día que nos reunimos en su estudio le planteé una idea siguiendo con mi intención de llevar el formato de la película hasta sus últimas consecuencias: aprovechar la división de la pantalla para conducir al espectador de un lado a otro con ayuda del sonido. Si estás leyendo esto en un equipo conectado a un par de altavoces o tienes a mano unos cascos podrás comprobarlo escuchando este fragmento de la película, que es uno en los que más evidente resulta esto que comento y el primero sobre el que probamos qué tal funcionaba esta idea.

En Todos tus secretos cada sonido procede del lado de la pantalla en el que se está produciendo, algo en lo que el espectador puede reparar conscientemente o no, pero que en cualquier caso sirve para clarificar en todo momento de dónde surge cada sonido. Si tenemos a dos personajes hablando en el centro de la pantalla su diálogo nos llega desde allí, mientras que si al mismo tiempo otro personaje teclea en su portátil en el lado izquierdo de la imagen, sus tecleos los recibimos por el altavoz izquierdo. Mientras le aplicábamos este diseño de sonido a toda la película recuerdo que Sergio me comentaba que, de todas las producciones en las que ha trabajado, ésta era en la que lo de panear el sonido de un lado a otro tenía más sentido. Yo quedé encantando con el resultado, lo suficiente como para sacarle esta foto finish en su estudio una vez dejamos lista la mezcla de sonido. A ver, Sergio, sonríe victorioso. Misión cumplida.

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Interesantísimo. Chapeau.

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